En un pueblo donde su relieve montañoso marcaba los años de las generaciones pasadas, vivía una dulce niña llamada Juanita, en una casa de adobe, autóctonas de la Parroquia San Bartolomé, ubicado en el cantón Sígsig, provincia de Azuay, cuyas paredes ayudaban a que los padres y abuelos de Juanita no tuvieran frío.
En un día soleado de la parroquia, Juanita y su familia salieron a la plaza central porque había una gran fiesta llamada “Inti Raymi”, en donde se destacan los coloridos trajes, las grandes ofrendas de comida, los alegres danzantes y los armoniosos cánticos que ensalzaban la fiesta.
Hubo un momento en donde los padres y abuelos de Juanita le dijeron que alzara sus brazos para adorar al Padre Sol, ella no entendía por qué. Luego de realizar este gesto, la niña le pregunta a su papá:
- Papi, ¿quién es el Padre Sol?, ¿por qué tenemos que adorarlo?
Su padre le respondió con una sonrisa:
- Deja que te lo cuente tu abuelo, así como un día él me lo contó.
El abuelo de Juanita la llevó de la mano hacia el centro de la plaza en donde había una gran ofrenda de comida y le dijo:
- Este es el Festival Inti Raymi de Ecuador o el festival del Padre Sol existen 4 Raymis que son: Pawcar que es la época de florecimiento, Inti es el tiempo de cosecha, Koya es un homenaje a la fecundidad y el Kápac es la fiesta de la germinación; donde cada provincia celebra de una manera diferente el agradecimiento. El día principal de esta celebración es porque el sol está más cerca de la tierra. Además, Juanita, es una celebración de recuperación de una identidad indígena que se está perdiendo, da la oportunidad para que como ecuatorianos se unan y se sientan orgullosos de su herencia y de quienes son hoy.
Juanita, con gran entusiasmo, recorrió toda la plaza central con su familia y quedó encantada con cada uno de los detalles que en ella había. Desde ese momento, Juanita celebra con su familia cada 24 de junio la fiesta del Inti Raymi y lleva una ofrenda adornada por sus manos para adorar al Padre Sol.