Una mañana Alex estaba muy feliz porque su hermana Gaby lo había ido a visitar, él le dijo: ¿Qué te parece si le decimos al abuelo que nos cuente la historia de la tortuga gigante de Galápagos? Ella muy sonriente le dijo, claro que quiero conocer la historia ¡Vamos!.
Una mañana Alex estaba muy feliz porque su hermana Gaby lo había ido a visitar, él le dijo: ¿Qué te parece si le decimos al abuelo que nos cuente la historia de la tortuga gigante de Galápagos? Ella muy sonriente le dijo, claro que quiero conocer la historia ¡Vamos!.
Mientras Alex y Gaby caminaban por la playa a casa de su abuelo, se encontraron con un lobo marino muy triste, los niños se acercaron a él y le preguntaron: ¿Qué te pasa amiguito? ¿Cómo te llamas? él respondió: me llamo Pepe y estoy muy triste por mi amigo George la tortuga. Se miraron y dijeron: ¡Es la tortuga que queremos conocer! ¿Le pasó algo?. El lobo marino le contestó, que él era muy famoso y único, pero que ya no está con nosotros. Los niños le invitaron a acompañarlos a casa de su abuelo, ya que él les contaría la gran historia.
Los niños y Pepe llegaron felices donde el abuelo para escuchar cómo había sido la vida de la tortuga George en la Isla.
El abuelo feliz empezó a contarles la historia del Solitario George. Les dijo que él era una tortuga muy feliz y única, no había como él ninguno en las Islas Galápagos y siempre andaba solo, era muy grande y con un cuello largo. Era la única tortuga que sobrevivió de su especie, por eso todos lo cuidaban y siempre lo alimentaban, pasó el tiempo y fue envejeciendo hasta que no podía caminar más, muchas personas querían clonarlo pero fue imposible.
Hoy solo lo podemos visitar en un museo, es por esto que siempre les digo, niños debemos cuidar nuestra tierra y todo lo que nos rodea, el solitario George siempre será recordado, muchos hablan de él en nuestra región y en todo el Ecuador, todos lo cuidaron y preservaron su vida. Finalmente, juntos se comprometieron a disfrutar más de la tierra, a cuidar su región y de sus especies.